En verano, las temperaturas tienden a aumentar a niveles insospechados, lo cual tiene un influencia directa en la mecánica del coche, especialmente en el motor. Si el motor no está refrigerado adecuadamente, puede verse afectado por las altas temperaturas, que pueden hacer que la potencia disminuya hasta en un 15%.
Problemas más frecuentes de la mecánica del coche en verano
Los motores de combustión necesitan una mezcla eficiente de combustible y aire para que el carburante pueda ser quemado de forma óptima. En verano, cuando aumentan las temperaturas, la cantidad de oxígeno presente en el aire tiende a disminuir, por lo tanto, el combustible no se quema tan fácilmente.
Además, muchas veces el filtro de aire no está lo suficientemente limpio lo cual hace que la situación empeore. Todo ello influye para que el consumo de combustible aumente y el motor del coche no trabaje de forma eficiente.
El sistema de frenado también puede verse afectado por las altas temperaturas, ya que al aumentar la temperatura tiende a aumentar la fricción, pudiendo llegar en caso extremos a causar la deformación de los discos de freno. Incluso el líquido de frenos tiende a durar menos tiempo debido al fenómeno de la evaporación.
Antes de iniciar la temporada estival es ecomendable revisar el sistema de refrigeración y el aire acondicionado ya que una fuga, por pequeña que sea, puede terminar ocasionando una avería. También es necesario revisar que no haya fugas de refrigerante en la tapa, mangueras o abrazaderas. Si se presentan son muy sencillas de reparar y se evita que terminen ocasionando problemas mayores.
La idea de esta revisión es evitar que el motor funcione sin la cantidad necesaria de refrigerante, para evitar que pueda sufrir daños por sobrecalentamiento.
Antes de salir en carretera, revisa la mecánica del coche. Si tienes qualquier duda, contacta con nosotros.